La boda de Sara y David estuvo llena de emociones y el doble de ganas de pasarlo bien. Regresábamos de una pandemia mundial y fue de las primeras bodas que se pudo celebrar pero con restricciones. Así que nos armamos de valor e ilusión para afrontar un reto absoluto a nivel visual, capturar emociones a través de las miradas.
La boda tuvo lugar en el Gran Palas, un día estupendo para una gran fiesta entre amigos y familiares.